28 de Abril de 2025   |   min de lectura
COMPROMISO SOCIAL

"Una rosa, una sonrisa" – Una historia de Sant Jordi contada por una voluntaria

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Entrega de una rosa durante la Diada de Sant Jordi

Entrega de una rosa durante la Diada de Sant Jordi

Entrega de una rosa durante la Diada de Sant Jordi

Entrega de una rosa durante la Diada de Sant Jordi

"Hoy ha sido un día de Sant Jordi muy especial para mí. Hoy no sólo hemos entregado rosas. Hoy hemos sumado esfuerzos para que la Diada llegue a aquellas personas que más lo necesitan".

Así se expresaba Judith García, gestora personal de la Store Plaça Catalunya-Cornellà, una de las voluntarias de CaixaBank de la Dirección Territorial de Barcelona, ​​mientras entregaba una de las 3.500 rosas solidarias que se distribuyeron con motivo de Sant Jordi.

Judith explicaba que "este Sant Jordi no lo pasé entre libros ni paseando por la Rambla. Este año, decidí regalar algo mucho más valioso: mi tiempo. Y por ello formé parte del grupo de 125 voluntarios de CaixaBank que repartimos más de 3.500 rosas solidarias en 31 residencias de gente mayor en la provincia de Barcelona."

Judith nos describió su jornada:

"Todos llevábamos rosas. Pero no eran rosas cualesquiera, eran rosas solidarias. Estaban hechas a mano por los usuarios de la Asociación ALPI, una entidad de Hospitalet de Llobregat que trabaja con personas con discapacidad Intelectual, y mi labor consistía en entregarlas a los usuarios de la residencia Sant Jordi en Cornellà de Llobregat, cerca de Barcelona.

Durante la mañana estuve trabajando en la oficina. A las 12 del mediodía llegué al punto de encuentro con mis compañeros de la Dirección de Área de Negocio. Allí, a cada uno de nosotros nos entregaron una caja con rosas, todas envueltas con mucho mimo. Eran preciosas, todas distintas. Y, tras una breve explicación sobre la dinámica de reparto, partimos hacia la residencia.

Caminando hacia el centro era consciente de que llevaba en mis manos mucho más que flores. Cuando llegamos, nos recibieron dos trabajadoras del centro y nos acompañaron a una sala donde había un grupo de ancianos sentados, charlando, esperando… y, cuando entramos con las rosas, se hizo un pequeño silencio y enseguida aplaudieron.

Empezamos a repartirlas una a una. Íbamos charlando con cada uno de ellos, escuchando sus historias y compartiendo unos momentos de camaradería, y al terminar la ronda nos hicimos una foto de grupo con los residentes y los cuidadores. Hubo un momento especialmente emotivo que no olvidaré, que me provocó un nudo en la garganta: fue cuando la señora Montse, una de las usuarias, me cogió la mano y me dijo: “Hace muchos años que nadie me regalaba una rosa...” Sólo por aquel momento, por ese instante de melancolía y alegría que vi en sus ojos, ya sentí que había merecido la pena estar allí.

Hace muchos años que nadie me regalaba una rosa...

Señora Montse

Judith, como el resto de los voluntarios, participó en esta acción coordinada por la Dirección Territorial de Barcelona y por la Asociación de Voluntarios de CaixaBank, que por quinto año consecutivo han organizado esta iniciativa con el objetivo de acercar la Diada de Sant Jordi a colectivos en situación de vulnerabilidad.

Este gesto solidario inauguró el Mes Social de CaixaBank en Barcelona, una iniciativa que contempla más de 450 actividades solidarias en la provincia de Barcelona durante el mes de mayo de este año. Y, cuyo objetivo es fomentar la participación de la ciudadanía en acciones de voluntariado y acercar esta práctica a toda la sociedad. En esta línea, el Programa de Voluntariado de CaixaBank ya benefició a más de 105.000 personas en Cataluña en 2024 con más de 7.600 actividades solidarias en todo el territorio.

Rosas entregadas durante la Diada de Sant Jordi en otras residencias:

 

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