Gestión del Riesgo Climático y Medioambiental
En CaixaBank gestionamos activamente los riesgos medioambientales y los asociados al cambio climático. Basándonos en la evaluación de la materialidad de los riesgos ASG en su interrelación con los riesgos tradicionales, en el despliegue por fases de la gestión de los riesgos ASG hemos priorizado los riesgos climáticos.
De acuerdo con las mejores prácticas sectoriales y las recomendaciones del TCFD y las Directrices sobre la presentación de informes no financieros de la Comisión Europea (Guidelines on non-financial reporting), en CaixaBank avanzamos en la gestión y análisis de los riesgos medioambientales y riesgos derivados del cambio climático, que se clasifican en riesgos físicos y riesgos de transición. Los primeros surgen a consecuencia de eventos climáticos, geológicos y de cambios en el equilibrio de los ecosistemas y pueden ser graduales o abruptos. Pueden conllevar daños físicos a los activos (infraestructuras, inmuebles), disrupciones en las cadenas de producción o de suministros y/o cambios en la productividad de actividades económicas (agricultura, producción de energía).
Por otra parte, los riesgos de transición se asocian a la lucha contra el cambio climático y a la transición hacia una economía baja en carbono. Incluyen factores tales como los cambios en regulaciones y normativas, el desarrollo de tecnologías alternativas energéticamente eficientes, cambios en las preferencias del mercado o factores reputacionales asociados a las actividades con un mayor impacto.
El Riesgo ASG (sostenibilidad) se considera en CaixaBank como factor transversal con afectación en varios riesgos del Catálogo (crédito, reputacional y otros riesgos operacionales), añadiendo menciones al cambio climático y otros riesgos medioambientales en las definiciones del ámbito del riesgo legal y regulatorio. Para los riesgos de liquidez y mercado no se recoge mención explícita dado el bajo nivel de materialidad que les aplica, pero en cualquier caso se ha evaluado que los ejercicios de estrés que se realizan tienen suficiente magnitud como para recoger impactos en estos ámbitos de origen climático.
La gestión de la cartera crediticia busca alinear el impacto indirecto en el cambio climático con el apetito al riesgo y con el compromiso con los objetivos de sostenibilidad. Para ello, desde 2018 se mide la exposición crediticia a actividades económicas consideradas intensivas en emisiones de CO2. La métrica principal se basa en la definición sugerida por el TCFD para facilitar su comparabilidad e incluye la exposición en activos ligados a los sectores de energía y suministros, excluyendo agua y energías renovables (carbon related assets, según se define en Implementing the Recommendations of the TCFD). Adicionalmente, en CaixaBank hemos desarrollado análisis cualitativos y cuantitativos para riesgo físico y de transición.
Por otra parte, se realiza un seguimiento de la exposición de la cartera verde. La Taxonomía UE que se está desarrollando es el estándar europeo para determinar si una actividad económica contribuye significativamente a la mitigación del cambio climático sin dañar los otros objetivos medioambientales de la UE. Por el momento, el Acto Delegado 2021/2139 de la regulación de sostenibilidad comunitaria se limita a los objetivos de mitigación de las emisiones de efecto invernadero y de adaptación ante la vulnerabilidad a los efectos del cambio climático. El resto de los objetivos medioambientales previstos por Taxonomía no han sido desarrollados todavía. A medida que se vaya desarrollando la regulación, nuestro compromiso como Grupo es hacerla pública con las mejores prácticas que se observen en cada momento.
Durante 2023, CaixaBank ha emitido 1 bono verde, que se suman a los 6 bonos verdes emitidos en 2022, 2021 y 2020.
El total de estos fondos se ha destinado a financiar proyectos que impulsan cuatro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS): el número 6, agua limpia y saneamiento, el número 7, energía asequible y no contaminante, el número 9, Innovación e Infraestructura y el número 11, sistemas de transporte sostenible y el número 12 producción y consumo sostenible.
La cartera de activos elegibles verdes se compone de préstamos destinados principalmente a proyectos de energía renovable solares y eólicos.
Por otra parte, en CaixaBank somos firmantes de los Principios de los Bonos Verdes desde 2015 (Green Bond Principles) establecidos por la International Capital Markets Association (ICMA). Desde entonces, hemos participado en la colocación de bonos verdes cuyo importe se ha destinado a proyectos con un impacto climático positivo.
Acceso al Marco ODS