“La transición ecológica tiene que ser una transición justa. Nuestra sociedad puede liderarla, pero debemos ser capaces de graduar su ritmo para no dejar a nadie atrás”. Jordi Gual, presidente de CaixaBank, resumió así una de las principales preocupaciones expuestas durante la jornada “Transición ecológica: el reto de la financiación sostenible”, celebrada en CaixaForum Madrid.
El evento, organizado por la Fundación Cotec en colaboración con CaixaBank, contó también con las intervenciones de Teresa Ribera, ministra para la Transición Ecológica; Cristina Garmendia, presidenta de la Fundación Cotec; y Laurent Fabius, ex primer ministro francés y presidente del Grupo de Expertos de la ONU para el Pacto Global por el Medio Ambiente, quien fue presentado por el Ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, Josep Borrell.
Todos los ponentes coincidieron a la hora de apuntar a la lucha contra el cambio climático como uno de los principales retos a los que se enfrenta la sociedad mundial. Una carrera contrarreloj en la que el papel de Estados, empresas, organismos y ciudadanos es fundamental.
El papel de la financiación
La reciente celebración de la Conferencia del Clima número 24 (COP24) en Katowice (Polonia), estableció una serie de medidas que servirán para medir el grado de cumplimiento del Acuerdo de París para luchar contra el cambio climático. Precisamente este pacto fue promovido en su día por el propio Laurent Fabius, presente en CaixaForum Madrid, quien destacó el importante papel que tiene la financiación a la hora de cumplir los objetivos incluidos en el acuerdo.
“Es necesario invertir en tecnologías, en educación, en infraestructuras… Toda la sociedad debe empujar en el mismo sentido, no es únicamente una responsabilidad de los Gobiernos”, destacó Fabius, quien señaló a la financiación como el motor de la transición ecológica. “Solo la acción de la Unión Europea sobre el cambio climático requiere de más de 100.000 millones anuales para mantener los objetivos de mitigación de cada a 2030”.
Se trata de un mensaje con el que también coincidieron el presidente de CaixaBank y la ministra de Transición Energética. Para Jordi Gual, “el sector financiero tendrá un papel esencial en la transición ecológica porque es el elemento que conecta el ahorro con la inversión”. Teresa Ribera, por su parte, calificó al sistema financiero como “el puente que nos llevará de la realidad actual a la realidad del mañana”.
Cómo puede ayudar el sistema financiero
El rol que las entidades financieras pueden desempeñar a la hora de establecer una financiación sostenible que apoye la lucha contra el cambio climático fue otro punto clave de la jornada. Jordi Gual destacó cuatro ámbitos de actuación concretos en los que pueden actuar estas compañías y en los que CaixaBank ya toma parte activa.
El primero de ellos es el propio impacto ambiental de las entidades financieras: “No somos una industria especialmente contaminante, pero podemos mejorar. El 99% de la energía que utiliza CaixaBank es renovable y, además, ha reducido el 70% sus emisiones contaminantes desde hace siete años”.
También destacó la financiación de la inversión y el asesoramiento a los inversores como dos palancas sobre las que las entidades financieras pueden actuar. “Podemos prestar a empresas con objetivos medioambientales. De hecho, ya lo hacemos a través de instrumentos como los bonos verdes o los microcréditos a proyectos sostenibles, entre otros”, explicó.
En este punto, reclamó al sector público directrices claras para medir el riesgo climático de las actividades que financian estas entidades. “Nos gustaría una promoción de categorías claras para saber qué activos cumplen los requisitos ecológicos. Tenemos la capacidad de ayudar a nuestros clientes a adquirir aquellos activos que acaben por financiar la ayuda medioambiental”, destacó. Así, enfatizó la necesidad de un marco regulatorio estable que indique a las entidades hacia dónde deben dirigir sus recursos.
La transparencia fue otro de los aspectos destacados por Jordi Gual: “Debemos transmitir qué financiamos y qué activos financieros distribuimos. Mientras no contemos con unas directrices claras, esto supone un esfuerzo enorme”.
Para Teresa Ribera también es necesario aportar claridad en cuestiones como la medición de obligaciones en el reporting no financiero. “La Unión Europea prepara ya una propuesta de Reglamento acerca de cómo informar a los accionistas sobre riesgo climático”, añadió.
Una transición sostenible y resiliente
La transición energética no se puede hacer de un día para otro. Es un proceso con etapas que empresas y ciudadanos deben poder seguir. En esto consiste el concepto de transición justa, uno de los más sensibles entre los tratados durante la jornada. “Si los países quieren descarbonizarse, no solo basta con fijar un objetivo. Hay que prever también los efectos que tendrá esa transición sobre la sociedad y preparar contramedidas”, indicó Laurent Fabius. En concreto, el experto hizo alusión a la crisis de los Chalecos Amarillos en Francia. “El aumento del precio del combustible por los impuestos fue el detonante, aunque ahora no se hable de eso”, advirtió.
Para Jordi Gual, “el reto ecológico supone que muchos recursos que se destinan a objetivos medioambientales no se dediquen a otros objetivos. Debemos evitar su impacto negativo utilizando el dinero de manera correcta y compensando a aquellos sectores sociales que puedan sufrir”.
Teresa Ribera coincidió en que “esto es una carrera contrarreloj y debemos acelerar el cambio para cumplir con los objetivos del Acuerdo de París. Pero tenemos que hacer todo ello de manera socialmente inclusiva”.
Prioridad absoluta
La sostenibilidad y el cambio climático son absolutamente prioritarios para la sociedad mundial y en ello coincidieron todos los ponentes. Tal y como recordó Cristina Garmendia durante su intervención, “ambos están presentes en seis de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) establecidos por la ONU. Su impacto es totalmente transversal, ya que afecta a todas las esferas de nuestras vidas”.
Se trata de un reto en el que la financiación será imprescindible y que requerirá, en palabras de Fabian Laurent, “un esfuerzo sin precedentes”. “La financiación sostenible es fundamental para la lucha contra el cambio climático porque es vital para poder tomar acciones. Por cada dólar que invirtamos, evitaremos entre cuatro y seis dólares en daños”, explicó.
Aunque no queda mucho tiempo para revertir el cambio climático, todavía queda esperanza. El diálogo, la transparencia y la innovación serán fundamentales para poner a todos los actores de acuerdo a la hora de frenar esta amenaza. Las entidades financieras, en particular, tienen mucho que aportar en este sentido, siempre con el apoyo del sector público y de los ciudadanos.