Oficinas móviles que garantizan los servicios bancarios en casi 1.400 pequeños pueblos

• CaixaBank, que ha incrementado casi un 77% el servicio en un año, atiende con los ofimóviles en localidades de 17 provincias en las que residen más de 640.000 personas

Al llegar a la Horcajada, las primeras en aparecer son Isabel y Sagrario. Se las ve de lejos al enfilar la calle principal. Siempre juntas, aunque ellas insisten en que no cruzan palabra. Pero allí están, en el mismo rincón de la plaza, inseparables. Sagrario ya era cliente de nuestra oficina móvil cuando vivía en Hoyos del Espino. Puntuales a cada una de sus citas para sacar dinero y poner la cartilla al día. Poco a poco, van llegando otros clientes que aprovechan para contarse las novedades del pueblo. Se oye el revuelo fuera, ese punto de reunión donde se comparten historias mientras Dani, el conductor, no pierde la oportunidad de alborotarlos un poco más y sacarles alguna sonrisa.

En Colmenar del Arroyo, cuando llegamos con el banco sobre ruedas, como nos llaman coloquialmente, ya hay más de 15 personas esperando. Pilar, Manuela, Paco, Teresa y María hablan de sus cosas en la Plaza del Ayuntamiento. Todos superan los 70 y todos tienen su vez cogida. Mientras Nacho, el conductor, pone las escaleras, me ponen al día de lo que pasa en el pueblo y de lo que necesita cada uno, aunque, después de los años, podría adivinar las operaciones que van a querer hacer un rato después y hasta el dinero que han dado a sus nietos en la última visita. En los Santos de la Humosa, junto a Manuela, Teresa o Paula, clientas que se acercan a los 90, nos espera siempre Vicente, un chico joven que está enfermo y que agradece que aparquemos delante de su casa dos veces al mes porque así puede tener efectivo para sus compras en el pueblo y pagar sus recibos sin tener que desplazarse.

Es muy bonito ver cómo nos esperan en los pueblos, la cara de felicidad sobre todo de los más mayores y cómo nos que repiten que no quieren perder el servicio porque, gracias a los ofimóviles azules, han dejado de pedir favores a sus hijos para que les lleven a los pueblos más cercanos con oficina física. Su pregunta final es siempre la misma: ¿Qué días venís el mes que viene?

La historia de Horcajada la escribe Marcial Casillas, el gestor de una de las oficinas móviles que atienden en la provincia de Ávila. El relato de Colmenar del Arroyo y Santos de la Humosa lo firma Eva María Martín, que atiende en uno de los ofimóviles de Madrid. Elisabet Martínez, por su parte, cuenta sus primeras impresiones y las de sus clientes, a los que empieza a conocer, porque es la gestora de uno de los nueve ofimóviles que se pusieron en marcha en el último trimestre en Cataluña.

Al llegar a la Horcajada, las primeras en aparecer son Isabel y Sagrario. Puntuales a cada una de sus citas para sacar dinero y poner la cartilla al día.

Marcial Casillas - Gestor de ofimóvil en Ávila

En Colmenar del Arroyo, cuando llegamos ya hay más de 15 personas esperando. Después de los años, podría adivinar las operaciones que va a querer hacer cada cliente.

Eva María Martín - Gestora de ofimóvil en Madrid

Es muy bonito ver cómo nos esperan en los pueblos y nos repiten que han dejado de pedir favores a sus hijos para que les lleven a los pueblos más cercanos con oficina física.

Elisabet Martínez - Gestora de ofimóvil en Tarragona

Marcial, Eva y Elisabet son tres de los 29 gestores que atienden en las oficinas móviles con las que CaixaBank garantiza que los servicios bancarios llegan cada mes a casi 1.400 poblaciones en riesgo de exclusión financiera de 17 provincias españolas. En ellas residen más de 640.000 personas, que sean o no clientes de la entidad, pueden realizar las operaciones bancarias más habituales, entre las que destacan retirar efectivo, hacer ingresos y pagar recibos e impuestos en localidades sin oficina bancaria o con restricciones que limitan el acceso a los servicios financieros. Un 70% de sus usuarios tiene más de 65 años.

El compromiso de CaixaBank con la inclusión financiera ha llevado a la entidad a incrementar el servicio un 77% en un año. En el arranque de 2025, los ofimóviles recorren más de 75.000 kilómetros al mes para llegar a un total de 1.387 poblaciones en riesgo de exclusión financiera, frente a las 783 localidades a las que llegaban a principios de 2024.

Además, CaixaBank es la única entidad con modelo de oficina bancaria en 459 poblaciones de España, dispone de más de 4.000 oficinas en todo el país y tiene presencia en más de 2.230 municipios en todas las provincias españolas.

 

Un total de 34 oficinas móviles

CaixaBank cuenta con un total de 34 oficinas móviles, 29 de las cuales prestan servicio en 17 provincias de siete comunidades autónomas: Ávila, Burgos, León, Palencia y Segovia, en Castilla y León; Ciudad Real, Guadalajara y Toledo, en Castilla-La Mancha; Castellón y Valencia, en la Comunidad Valenciana; Granada, en Andalucía, la Comunidad de Madrid, La Rioja y las cuatro provincias de Cataluña.

Además, la entidad tiene otros cinco ofimóviles en reserva para atender acontecimientos empresariales, culturales y deportivos, así como contingencias excepcionales como la DANA que asoló la Comunidad Valenciana, Castilla-La Mancha y Andalucía a finales de octubre. CaixaBank desplazó oficinas móviles a localidades de la provincia de Valencia en las que las oficinas físicas estaban cerradas.

 

Castilla y León, con once ofimóviles, es la comunidad autónoma en la que más presencia tiene el servicio de toda España. En Cataluña atienden nueve oficinas móviles, dos oficinas móviles recorren localidades de La Rioja, la Comunidad Valenciana, la Comunidad de Madrid y Castilla-La Mancha, mientras que la provincia de Granada es atendida por una oficina móvil.

Cada una de ellas cuenta con rutas diarias diferentes y, en función de la demanda, visita las localidades a las que presta servicio entre una y cuatro veces al mes.

Nuestro objetivo es estar cerca de nuestros clientes, también, en las zonas rurales. Les cuidamos… y muchos de ellos, también nos cuidan, dice Eva orgullosa. Con una sonrisa, recuerda el cariño con el que Antonia, a la que todos conocen como Toñi, que regenta el ultramarino de Ribatejada (Madrid) les tiene preparado un bocadillo de jamón y aceite a ella y Nacho para cuando llegan. Allí no hay ni un bar para tomar un café, pero sí llega el ofimóvil.